En el Día del Papa, «Costa Rica quiere y ora por el Papa Francisco».

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En la Misa realizada en la Catedral Metropolitana por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Monseñor José Manuel Garita, Obispo de la Diócesis de Ciudad Quesada y Presidente de la Conferencia episcopal ofreció un saludo donde nos invitó a orar por nuestro Papa Francisco y a seguir el proceso sinodal que se ha emprendido.

«Damos gracias a Dios por permitirnos celebrar esta Eucaristía en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia, y en este mismo contexto, celebrar el “Día del Papa” en Costa Rica. Nos unimos en oración por el Papa Francisco, quien nos congrega en la unidad, la fe y la caridad a todas las Iglesias.

Hace un año, el Papa Francisco, con motivo de esta solemnidad, decía en su homilía: “Pedro y Pablo nos dan la imagen de una Iglesia confiada a nuestras manos, pero conducida por el Señor con fidelidad y ternura ―es Él quien guía a la Iglesia―; una Iglesia débil, pero fuerte por la presencia de Dios; la imagen de una Iglesia liberada que puede ofrecer al mundo la liberación que no puede darse a sí mismo: liberación del pecado, de la muerte, de la resignación, del sentimiento de injusticia, de la pérdida de esperanza, que envilece la vida de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo”.

Precisamente, confiados en el Señor que cumple su promesa de acompañarnos todos los días de nuestra vida, la Iglesia Católica, dirigida por el Sucesor de Pedro, ha emprendido un proceso sinodal que nos permite caminar juntos, en unidad y comunión “por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

En un mundo cambiante y exigente, reflexionemos sobre el quehacer y la misión encomendada a la Iglesia; caminemos en la esperanza que no defrauda (Rom. 5,5) y pidamos la intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo para recibir la fuerza que viene del Espíritu del Señor, para así mostrar el Evangelio del amor a un mundo que vive serias dificultades en medio de la pandemia, que aún no termina, y de la guerra entre pueblos hermanos.

Al reunirnos como hermanos alrededor del sacrificio del altar, encomendamos al Papa Francisco, pedimos por su salud y por su ministerio petrino; oramos por la Iglesia Universal y, rogamos especialmente por la Iglesia costarricense, para que el Señor la renueve y le permita contribuir a la misión de la construcción del Reino, llegando a todos los rincones, como diría el Papa, “a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii gaudium, n. 20).

Excmo. Señor Nuncio, le saludamos a Usted especialmente como representante del Papa en nuestro país. Le pedimos haga llegar nuestro saludo filial al Santo Padre de parte de la Iglesia en Costa Rica que le quiere y ora siempre por él».

Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada y Presidente de la Conferencia Episcopal.
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