Mensaje de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar en ocasión del Día del Padre

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“Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón. Mis entrañas se regocijarán,
cuando tus labios hablen con rectitud (Pr 23,15-16) No se podría expresar mejor el orgullo y la
conmoción de un padre que reconoce de haber transmitido al hijo lo que de verdad cuenta en la
vida, es decir, un corazón sabio.”1


Por eso este Día del Padre queremos enviar un saludo fraterno y una sincera felicitación a todos
aquellos papás que, en medio de tantas situaciones difíciles que enfrentan, se esfuerzan por dar un verdadero testimonio cristiano a sus hijos, esculpiendo en ellos un corazón sabio. Sabemos que el ambiente social que nos rodea no es el más propicio para facilitar a los padres esta hermosa labor.


Nos abruma una ola de violencia que lamentablemente tiene su asidero en la misma familia. Pero es precisamente por esto donde la presencia del papá se vuelve en el hogar más importante que nunca. La expresión de una verdadera masculinidad es uno de los elementos más importantes para vencer expresiones de violencia de género que son, de cualquier forma, intolerables. Esta es, en cierto modo, una de las tareas más importantes en ustedes queridos papás en la conformación de una familia y una sociedad más justa y pacífica.


La construcción de un corazón sabio, tanto en los hijos como en las hijas, ocupa de oración y de una espera paciente, dulce y misericordiosa. No siempre se logran ver frutos a primera hora; o a veces algunos de sus comportamientos no responden a lo que se les ha enseñado. Pero “un buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí”2


Las construcciones de corazones sabios en la familia son imposibles sin la gracia que viene del
Padre por excelencia que es Dios. Por eso hoy nos comprometemos a orar por todos ustedes papás, especialmente por aquellos que viven situaciones realmente difíciles como el desempleo, para que en este ministerio siempre los asista el Señor y que sea por la intercesión de San José, el esposo de María y el padre adoptivo de Jesús, que puedan presentar en el Cielo, como la mejor de sus obras, hijos verdaderamente cristianos y ciudadanos honorables como sus padres.

Manuel Eugenio Salazar Mora
Obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar

1 Papa Francisco. Audiencia general. 4 de febrero, 2015
2 Idem



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