MENSAJE PARA EL TIEMPO DE CUARESMA DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COSTA RICA: ¡LEVANTÉMONOS PARA SERVIR!

«Jesús se acercó a ellos, y tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”» Mt. 17, 7

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Una vez más el Señor Jesús se acerca para mostrarnos el rostro misericordioso del Padre; se acerca para hacerse uno con nosotros y enseñarnos el camino que nos conduce a la salvación.

Al comenzar el Tiempo de la Cuaresma, es necesaria la reflexión personal y comunitaria para saber cómo es nuestra respuesta al Señor que nos dice «Levántense, no tengan miedo» (Mt. 17, 7b).

Precisamente, en su mensaje cuaresmal de este año, el Papa Francisco nos hace esta invitación:  «Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña».

El camino cuaresmal propone un profundo encuentro con Dios y exige de nosotros una respuesta que se refleje en el servicio y cuidado al hermano, en la práctica de las obras de misericordia que nos conviertan a cada uno en otro Cristo.

Ante el dolor humano que se vive en la enfermedad o la pobreza, o que se refleja al ver las consecuencias generadas por una larga pandemia provocada por el COVID-19 o por las guerras y desigualdades, los cristianos estamos llamados a marcar la diferencia en la sociedad.  Nos dice Proverbios 10, 12:  «El odio provoca altercados, pero el amor cubre todas las faltas».  Esa es la llamada en Cuaresma, mostrar el amor de Dios, combatir el mal con el bien (Cfr. Rom. 12, 21).

«La Cuaresma está orientada a la Pascua […] nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección», señala el Santo Padre en su mensaje para vivir este tiempo de gracia.

Con esa clara mirada en la vida eterna que nos ofrece el Señor, no dejemos de lado la práctica de la oración, el ayuno y la solidaridad, como grandes pilares que nos propone la Cuaresma.

Como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 2740):  «La oración de Jesús hace de la oración cristiana una petición eficaz. Él es su modelo. Él ora en nosotros y con nosotros».  Oremos sin cesar para que Dios transforme nuestro corazón.

Al practicar el ayuno, seguimos el modelo de Jesucristo (Cfr. Mt. 4, 1-4), quien nos enseña que no solo de «pan vive el hombre» y que debemos alimentarnos constantemente de la Palabra de Dios.

Que esta Cuaresma nos ayude a ser solidarios y que lo hagamos en el silencio (Cfr. Mt. 6, 2-3), como nos lo pide el Señor.  Tengamos muy presente con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones el mandamiento del amor que Jesús nos enseñó:  «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.  Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero:  Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt. 22, 37-39).

Que la escalada cuaresmal nos permita oír la voz de Dios y levantarnos para servir a los demás.  Servir es amar, y amar es sinónimo de ser otro Cristo en cuanto discípulos suyos.

Sigamos en comunión con el Papa Francisco en el camino sinodal que vive la Iglesia, el cual es guiado por el Espíritu Santo, para mantenernos unidos al cuerpo de Cristo que es su Iglesia.

«El proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar.  Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino», dice el Santo Padre en el mismo mensaje cuaresmal.

Unidos a Cristo en su oración al Padre en el Huerto, oremos también por la Iglesia de Nicaragua, en su caminar de cruz.

Animados por una nueva oportunidad, levantémonos para servir y llevar el Evangelio a los demás, imploramos la intercesión de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de los Ángeles e impartimos la bendición a todo el Pueblo Santo de Dios.

En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 21 días del mes de febrero del año del Señor 2023.

José Manuel Garita Herrera

Obispo de Ciudad Quesada

Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

Daniel Francisco Blanco Méndez

Obispo Auxiliar de San José

Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

Obtenga el mensaje completo en pdf aquí:

https://lacecor-my.sharepoint.com/:b:/g/personal/repositorioweb_iglesiacr_org/EZt1lRTxVQxBmgWCquqiiscBkls4lTVDLT7WpPHZN6E2gw?e=hL5oFT

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