SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2022

«Hemos visto brillar su estrella y venimos a adorarlo» (Mt 2, 2)

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Nos disponemos a vivir en Costa Rica esta ya tradicional Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos a partir de la fiesta de Pentecostés. En otros lugares, la
han celebrado ya en el mes de enero. Es una acción importante en la tarea
ecuménica que expresa la solicitud de nuestra Iglesia católica, junto con las demás
iglesias y denominaciones cristianas, por caminar hacia la unidad de todos los que
seguimos a Cristo.

La unidad, la comunión, es signo evidente de la presencia de nuestro Dios.
Comunión es su esencia y también su manifestación en la historia de salvación,
convocando al pueblo de Israel primero, y al nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia,
por medio de Cristo. Él nos manifestó el designio del Padre de que seamos uno con
Él, y nos alienta hacia la unidad por la acción de su Espíritu, para que nos
encaminemos todos a la gran familia de sus hijos e hijas. En un mundo que se
insensibiliza para la presencia de Dios, es la comunión lo que puede atraerlo a la fe
y a la unidad.


La comunión es, por tanto, don inconmensurable del Espíritu y tarea constante para
nosotros que experimentamos, en nuestra fragilidad y limitación, las dificultades y
obstáculos para ella. “La búsqueda de la unidad de los cristianos no es un hecho
facultativo o de oportunidad, sino una exigencia que nace de la misma naturaleza
de la comunidad cristiana.” (Ut unum sint 49). Cuando somos convocados por el Papa
Francisco a tomar conciencia y a concretar la sinodalidad como el estilo propio de
la Iglesia comunión, se hace más evidente el empeño ecuménico como camino para
recorrer juntos.


«Hemos visto brillar su estrella y venimos a adorarlo» (Mt 2, 2) es el tema que han
escogido este año los cristianos del Próximo Oriente para la motivación de esta
Semana. Ha sido explicitado, posteriormente, por el grupo internacional designado
por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la
Santa Sede y la Comisión del Consejo Ecuménico de Iglesias. Nos habla de la
proyección universal del anuncio evangélico y, como consecuencia, de la aspiración
a la unidad de las naciones congregadas en torno al recién nacido Jesucristo,
nuestro Señor, Salvador universal. Tengamos presente, por tanto, en esta Semana
de Oración a los cristianos del Próximo Oriente que forman parte de las distintas
Iglesias orientales antiguas y ortodoxas, o unidas e integradas, en la comunión
católica.


La luz de Dios ha brillado definitivamente en Cristo para alumbrar el caminar de
todos los pueblos, para guiarlos hacia la unidad y hacia la plenitud de su salvación.
Es necesario, como los Magos, dejarse asombrar e interpelar por ella, salir, ponerse
en camino, orientarse desde los signos que el Señor nos ofrece, para confluir juntos
en torno a la contemplación y adoración de Niño Dios nacido, Emmanuel, Dios con
nosotros.


La aspiración a la unidad es, sin duda, uno de los grandes signos con los que el
Espíritu habla a nuestro tiempo. Así lo ha reconocido el Papa Francisco a propósito,
tanto de la pandemia, como del contexto de guerra que vivimos. “Un primer
resultado ecuménico importante de la pandemia ha sido una renovada conciencia
de pertenecer a la única familia cristiana, una conciencia arraigada en la experiencia
de compartir la misma fragilidad y poder confiar sólo en la ayuda de Dios… Hoy,
ante la barbarie de la guerra, el anuncio del evangelio de la paz, ese evangelio que
desarma los corazones incluso ante los ejércitos, sólo será más creíble si es
proclamado por cristianos finalmente reconciliados en Jesús, Príncipe de la Paz”.
(Discurso al Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos 6-
5-2022)


Convenimos también con el Papa Francisco en que “hoy la conciencia del
ecumenismo es tal que no se puede pensar en hacer el camino de la fe sin la
compañía de hermanos de otras Iglesias o comunidades eclesiales. Hoy, o
caminamos todos juntos o no podemos caminar… Y no podemos esperar a
recorrer el camino de la unidad hasta que los teólogos se pongan de acuerdo.


Existen cuatro diálogos que contribuyen al ecumenismo: el diálogo espiritual,
la oración, la conversión; el diálogo de la caridad que promueve el encuentro,
contactos, cooperación cotidiana, profundizando la relación que los
cristianos tenemos por el bautismo; el diálogo de la verdad que mira la
doctrina para sanar divisiones; y el diálogo de la vida, en el ámbito de iniciativas
pastorales comunes, en la misión cristiana en el mundo y a través de la cultura.
Esos cuatro diálogos no son sino una misma acción ecuménica. Facilitan la
incorporación de todos los cristianos a la búsqueda de la unidad. Nadie puede
quedarse al margen de esta tarea esencial a la vivencia de la propia fe.


Espíritu Santo, envuélvenos en tu Amor que sane nuestras heridas, divisiones,
resentimientos y nos una fuertemente en comunión, signo inequívoco de ser
habitados por la misma Vida divina.

Monseñor Bartolomé Buigues Oller

Obispo de Alajuela

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